El lado oscuro de publicar en revistas de acceso abierto.
Los correos electrónicos no deseados cambiaron la vida de Jeffrey Beall, un bibliotecario académico e investigador de la Universidad de Colorado en Denver, quién comenzó a notar un creciente flujo de mensajes de nuevas revistas que lo invitaban a enviar artículos o unirse a sus consejos editoriales. "De inmediato quedó fascinado porque la mayoría de los e-mails contenían numerosos errores gramaticales", dice Beall. Empezó a navegar por los sitios web de las revistas, y pronto se convenció de que muchas de ellas y sus editores no eran lo que decían. Los nombres menudo realmente impresionaban - adjetivos como "mundo", "global" e "internacional" eran comunes - pero algunos sitios parecía amateur o dieron poca información acerca de la organización detrás de ellos. Desde entonces, Beall se ha convertido en un guardián implacable de lo que él describe como "potenciales, posibles o probables editores de acceso abierto académicos depredadores".
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